Hamilton Lagos Palma (QEPD)
(03 de mayo de 1955 – 24 de noviembre de 2023)
Director Colegio Scole Creare: 2000 – 2005
Sub-Director Pedagógico: 2006 – 2023
Hamilton en su modo de ser y estar, siempre fue muy reflexivo, tranquilo y moderado. Una persona que llamaba a la calma, a mirar las cosas desde la profundidad y lo permanente, más que desde lo aparente y cambiante. Esto podemos decir que lo comprendió desde el arte, el arte de vivir, y el arte del hacerse permanente persona. La contemplación estética que brinda el arte, le permitió captar el todo en los detalles.
Él siempre nos recordó el proyecto original de Colegio, pensado en que éste, sea en cada cosa y en todo tiempo, “una escuela para la creación”. Le preocupó en todo momento, no perder la inspiración original, con la que un grupo de amigos generó un proyecto, por eso hablaba siempre del modo de hacer colegio. Su reflexión era la de un vigía, que mira desde la popa para no perder el rumbo, y mantener en alto la bandera, que identifica a toda la embarcación.
Su preocupación por lograr una comunidad educativa y su modo de hacer escuela tenía esa tonalidad que se apega al gusto por lo bello. La belleza de un buen discurso y libreto, de las ceremonias bien logradas, entre simbolismos significativos, palabras y silencios, y de tantos otros detalles que distinguían su forma de estar presente, aportar y permitir que las cosas se desarrollaran, con búsqueda de excelencia; siempre buscando lo mejor, transitando hacia el Semper Optimum.
La huella de Hamilton no estará probablemente en la buena ingeniería, ni en lo que la mayoría de los seres humanos espera: resultados. Con toda seguridad, estará en la habilidad que se construye en el trayecto, porque más importante que el producto final, es el recorrido. En efecto, el mundo actual necesita de personas que les importe también el proceso, y justamente en eso estaba él.
En los últimos años, se encargó de legarnos un lenguaje, para recordarnos, que no es el contenido, sino la habilidad la que da forma, enfoque y sentido al aprendizaje del contenido, ya que, sin ésta, el proceso de enseñanza/aprendizaje es como una bodega llena de cosas, que no sabemos en qué y cómo utilizar.
Un hombre tiene ante sí muchos caminos, pero los que escogen sus senderos con pulcritud, detención y pasión, se reconocen en su modo de caminar, de expresarse y de sus énfasis en cada cosa. La moderación y la eticidad de la conducta, y de una vida buena, trasunta en todo tiempo, en aquellos que tienen claridad en sus objetivos; es decir, en una vida prudente, en el sentido virtuoso de esta palabra, que habla de saber determinar objetivos poniendo los mejores medios para lograrlos. Como buen ciclista, Hamilton fue un hombre de pasión y búsqueda, y de eso estaremos agradecidos como colegas, y como parte de la comunidad educativa, donde en estos últimos años sirvió y estuvo presente con solicitud, serenidad y sabiduría.