Me llamo Sofía Pizarro Vistoso y tengo 17 años. Toda mi vida me he caracterizado por ser una niña ambiciosa, perseverante y obstinada. Siempre me ha gustado buscar e ir más allá para descubrir de lo que soy capaz y demostrarlo. Desde pequeña he soñado con viajar y, antes de que, mi deseo por ir a la universidad y ser profesional formara parte de mí, el deseo por viajar ha estado presente desde que tengo memoria, por eso, tomé esta gran oportunidad de vivir un año de intercambio en el extranjero.
Llegué a Alemania en agosto del 2023, mi viaje termina a finales de junio, y en los seis, casi siete meses que llevo aquí, he aprendido de muchas cosas.
Todo empieza cuando llegas, estas muy emocionado, pero a la vez con temor a lo que puede pasar, a lo nuevo que te vas a enfrentar. Debo admitir que al principio es muy difícil, para algunos más y para otros menos, pero siempre será intrigante tener que enfrentarte a situaciones distintas a las que no estas acostumbrado. Si bien, se pudiera pensar, que sólo basta con juntar el dinero y subirte al avión, no es así, antes y después del viaje te encontrarás con muchos momentos complicados y desafiantes, por lo que, debes prepararte mental y emocionalmente para el cambio, teniendo claro que las cosas podrían no ser como esperabas.
Las diferentes familias, compañeros de clase, profesores, otros estudiantes de intercambio, rotarios, con todos ellos debes aprender a relacionarte, porque si no formas lazos durante tu estadía, lo único que querrás será volver a tu país de origen. Si tienes algún problema, debes ser lo suficientemente maduro para tener que solucionarlo tú mismo, porque nadie más lo va a hacer por ti. Debes ser lo suficientemente responsable para hacer todo lo que tus compañeros hacen en el colegio y ser capaz de alinearte a las normas, estudiar y trabajar en clases, a pesar del idioma, no creas que un proceso de intercambio es sólo pasarlo bien. Por otro lado, debes tener la suficiente motivación para participar en lo que te pidan y tolerancia para relacionarte con las personas, lograr hacer amigos y aceptar las distintas culturas y costumbres que te rodean.
Obviamente para el logro de esto, es importante aprender el idioma. En lo personal, luego de casi nueve meses (tres meses de estudio en Chile y seis meses en el país), hablo tres idiomas, español, inglés, alemán, y voy de camino al cuarto, gracias a la posibilidad de convivir con personas de otros países de Europa. Al principio fue difícil validarme frente a los demás y comunicarme en su idioma nativo, por lo que, tuve que recurrir al inglés, pero a medida que pasa el tiempo, y también con el esfuerzo que debí hacer para estudiar a diario un nuevo idioma y a la vez para el colegio, ahora, soy capaz de comunicarme fácilmente con todos los que me rodean.
A pesar de todo lo difícil que puede ser en un principio, este viaje vale mucho la pena y agradezco estar acá. En un intercambio conoces, no solo lugares, sino también sus historias, sus culturas y las distintas realidades que, seres humanos iguales, vivimos. Con esto, además del compañerismo e integridad con los demás estudiantes de intercambio puedes, gracias a esta gran oportunidad, desenvolverte y entender de manera adecuada, pertinente y respetuosa, las diferentes tradiciones al rededor del mundo, creciendo y madurando obligadamente para lograr enfrentar todas las situaciones que te esperan. Te embarcarás en una inolvidable aventura que te enriquecerá a nivel personal y de seguro marcará un hito en tu vida. Por mi parte, espero ser una buena representante de mi país, y a través de mi experiencia, mostrar a mi familia y futuras generaciones que los sueños se pueden cumplir.