Cada palabra de Fidel Meriño deja traslucir su pasión por los autos y la admiración por su padre, el mecánico Osvaldo Meriño, quien el 7 de agosto cumplió 94 años de edad, y hace más de 70 fundó un taller que sigue atendiendo diligentemente a los conductores de Temuco.
“Antes todos nos conocíamos, nos saludábamos, nos ayudábamos, celebrábamos fiestas juntos, éramos amigos de corazón… así era el Temuco en que crecimos”, rememora con cierta nostalgia Fidel Meriño Pedrero, jefe de producción de Garage Meriño, empresa que su padre, Osvaldo, fundó en 1951 en la calle Portales de Temuco, y que en 1957 se trasladó hasta el sector Pueblo Nuevo donde perdura hasta la actualidad.
La empresa es conocida en Temuco por sus servicios de mecánica y también por la restauración de vehículos antiguos, los cuales se arriendan para eventos como matrimonios. “Tenemos autos fabricados en 1927, 1929, 1931, 1939, entre otros, los que llaman mucho la atención por su estado de conservación y están certificados por el Ministerio de Transportes como “autos antiguos históricos”, por lo que están exentos de algunas exigencias modernas, como la tercera luz de freno, y que al momento de la revisión técnica solo pasan por una inspección visual”, explica Fidel Meriño.
“Nuestra familia es originaria de Portugal y el abuelo José Meriño Cerda fue el primero que nació en Chile, él formó parte del grupo Trizano que luego daría origen a la institución de Carabineros de Chile, siendo carabinero y detective”, explica.
Osvaldo Meriño
Osvaldo Meriño Arias nació en Temuco en 1928. De muy niño trabajó en reparando carrocerías, luego en la Ford, fue ayudante de mecánico en Osorno a los 11 años de edad y entre los 16 y 17 años fue chofer de micros en la ruta Toltén – Pitrufquén – Temuco.
A los 18 años trabajó en el Fundo Villa Los Boldos, propiedad del General Carlos Ibáñez del Campo, de quien llegó a ser su chofer personal mientras se encontraba en esta zona.
“Mi padre se casó muy joven, a los 17 años de edad, y tuvo su primer taller en Puerto Montt, donde vivía su hermano. En 1951 fundó el Garage Meriño en Temuco, en la calle Portales”, recuerda su hijo Fidel, “como veinteañero ya formaba parte de la sociedad temuquense, era muy amigo de don Luis Picasso, facilitaba la locomoción gratis hasta el zoológico del Cerro Ñielol en una micro Dodge del año 47 reacondicionada. Eran cosas que hacían sin ningún interés, sólo por amor a la comunidad de Temuco”.
Una anécdota de aquella época es que Osvaldo reacondicionó vehículos antiguos transformándolos en camionetas para los trabajos del zoológico, pero el resultado fue tan bueno que luego empezaron a ser compradas por las panaderías de la ciudad para el reparto.
Autos antiguos
El amor por los fierros llevó a Osvaldo a fundar el Club de Autos Clásicos de La Araucanía, junto a su amigo Ricardo Torrealba, con énfasis en restaurar fidedignamente los vehículos originales, lo que requiere una importante inversión, “un juego de cuatro neumáticos para un vehículo antiguo fácilmente puede costar dos millones de pesos”, explica Meriño.
Consultado sobre esta pasión por los autos antiguos, Fidel Meriño explica: “Son autos que tienen historia y produce felicidad entre quienes los valoran. Cuesta mucho dinero y tiempo restaurar un vehículo, por lo que es raro que su dueño lo quiera vender. Generalmente, se compran en muy mal estado en Chile o en el extranjero, luego se restauran y permanecen para siempre con su dueño”.
Como anécdota, Fidel relata que viajó en un Buick de 1958 desde Temuco a La Serena para el matrimonio de su hija, un recorrido de 1.148 km que se desarrolló sin ningún contratiempo. “Sólo una vez me hicieron detener los carabineros, pero fue para tomarse una fotografía con el auto”, comenta entre risas.
El legado familiar
Fidel es el único hijo que sigue a don Osvaldo en el amor por los fierros. “Siguiendo el ejemplo de mi madre, fallecida hace un par de años, todos mis hermanos (Guillermo, René, Isabel y Myriam) son artistas, pintores y escultores, con estudios superiores en arte y con obras destacadas, como el Monumento a La Araucanía de la Plaza de Armas que es obra de mi hermano Guillermo Meriño, así como el monumento a la Goleta Ancud que se encuentra en la costanera de Punta Arenas”, señala.
Asimismo, la descendencia de Fidel y su esposa Sandra Rivera De Gregorio, está compuesta sólo por mujeres, por lo que tiene esperanza que su legado se transmita a través de sus nietos. “Nuestras hijas Paula (doctora) y Nicole (psicóloga) nos han dado cuatro nietos, dos hombres (Antoine y Benjamín) y dos mujeres (Martina y Emita). De mi esposa Sandra, de profesión enfermera, especialista en neonatología, toda la vida he tenido un tremendo apoyo familiar y en esta pasión por los autos, ahora espero que alguno de mis nietos, cuando crezcan, pueda continuar con esta tradición familiar y empresarial”, afirma.
Definitivamente, Garage Meriño es parte de la historia de Temuco. “Nuestra empresa proviene de una época de la que tenemos muy bonitos recuerdos. Nuestros clientes y nuestros amigos lo saben y esperamos que los habitantes del Temuco actual reconozcan esos valores y los integren a sus vidas”, puntualiza Fidel Meriño.