Bao es el nombre de un innovador juego de mesa creado por un matrimonio de la ciudad, que mediante estrategias lúdicas, facilita el desarrollo de habilidades de relacionamiento y socioemocionales en niños y jóvenes con TEA. Un emprendimiento familiar presente en colegios y que trabaja para su expansión en países de la región.

Fue hace una década cuando Claudia Pérez y Cristhian Rodríguez recibieron la noticia que les cambió la vida. Sebastián, su primer hijo, fue diagnosticado en ese entonces con síndrome de Asperger. Para el matrimonio temuquense, la noticia fue un balde de agua fría, al ser un concepto que no manejaban.

A su suerte, la pareja recibió el diagnóstico a edad temprana, lo que permitió optar a terapias con apoyo multidisciplinario. La familia que reside en el sector Luis Durand tuvo que emigrar por un tiempo a Santiago, buscando oferta de profesionales para enfrentar el proceso.

A través de su hijo, Claudia aprendió que el espectro autista no es una enfermedad, sino una condición que se trabaja con terapia, apoyo pertinente y el entrenamiento de habilidades, para que así los niños con problemas con destrezas sociales, emocionales y de comunicación logren integrarse en la sociedad.

Al ser tutora 24/7 de su hijo, Pérez notó que cada vez que usaba juguetes o personajes animados de moda para enfrentar las tareas, ella veía una evolución más rápida. Con su experiencia como publicista, comenzó a crear ideas entretenidas para hacer las actividades, que fueron aplaudidas por los especialistas. “Mi esposo, como buen ingeniero comercial, me dijo que había una oportunidad de negocio. Tal vez una oportunidad desde el dolor, pero una que puede ayudar a más familias como nosotros”, recuerda.

Claudia y Cristhian Rodríguez se inspiraron en los juegos de mesa, como una tradición que reúne a la familia, para crear en 2019 “Bao”, una herramienta de estrategias lúdicas, que permite desarrollar habilidades de relacionamiento y socioemocionales en los niños con dicha condición, que actualmente en el país uno de cada 51 niños recibe este diagnóstico.

El juego también entrega herramientas a padres, madres o hermanos, quienes ven afectada su vida familiar al tener que cambiar sus rutinas, causando frustración, estrés, o confusión en el hogar.

La innovación contó con la supervisión de profesionales en la materia, y puede ser utilizado en niños y jóvenes TEA, independiente del grado de autismo que posean. El juego ha generado una comunidad entre quienes han adquirido su copia. Desde Calama hasta Chile Chico, familias se reúnen y comparten sus experiencias con el matrimonio temuquense.

La creación fue validada en 2019 por la Facultad de Pediatría y Cirugía Infantil de la Universidad de la Frontera (UFRO), logrando establecer un convenio colaborativo con la institución, valorando el impacto del juego en los hogares con jóvenes TEA.

Hoy, las proyecciones de la startup están puestas en descentralizar herramientas para familias de Temuco y el sur de Chile a través de una fundación pronta a establecerse. A ello, se suma el convenio con un colegio destacado de la ciudad, para integrar BAO en aulas de todos los niveles, promoviendo así la inclusión.

Además, trabajan en nuevos juegos para un segmento adolescente, mientras el equipo incursiona en una caja de estimulación temprana con alertas de TEA. “Creemos que la base para el tratamiento de los niños es la detección temprana”, agrega.

El principal reflejo del éxito de Bao es la experiencia de Sebastián, quien se ha convertido en un adolescente con muchas habilidades, con su grupo de amigos, autónomo e independiente a ojos de su madre. “Eso es lo que queremos para todos los niños”, sentencia. Más información en www.somosbao.com.

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