Casaesquina Bed and Breakfast:
Hoy convertida en un bed and breakfast, cafetería y tienda de vituallas para turistas, es la casa más antigua del pueblo, donde sus dueños quisieron recuperar esta construcción tradicional, para recibir y dar la posibilidad de vivenciar todo lo que ofrece este pueblo de montaña en un entorno único en el mundo.
Yasmina Braga y Rodrigo Castillo, son una pareja de Santiago, dueños del hospedaje Casaesquina, en Malalcahuello, y entre ambos se dividen la administración y la gastronomía del establecimiento.
La casa se compone de varios ambientes, siendo lo principal el alojamiento, al estilo bed and beakfast (destacando la calidad de las camas los desayunos), lo que ocupa todo el segundo piso de la casa, con cuatro habitaciones, todas ellas privadas.
En el primer piso existe un comedor habilitado solo para los pasajeros, una cafetería y una tienda de vituallas (productos nacionales y souvenirs) donde se atiende a todo el público externo que quiera visitarlos y pasar a disfrutar en su terraza exterior. En el patio de atrás hay un boulder de escalada para entrenar, y también cuentan con un pequeño huerto de productos para la casa.
Ambiente familiar
“La capacidad máxima de alojamiento es de 12 personas, es muy pequeña, por eso estamos en la categoría bed & breakfast y no de hotel, es todo más privado”, explica Yasmina, “por lo mismo, la atención es super personalizada, característica que atrae a grupos o familias completas, tenemos muchos clientes que se repiten y que cada año nos prefieren”.
“Nuestra temporada más fuerte es la de invierno y cada año se activa más la temporada de verano, desde fines de diciembre hasta marzo”, señala Yasmina, agregando que “este último año la mayor cantidad de clientes nos han contactado por Instagram (@casaesquinamalalcahuello)”.
Historia
Casaesquina es la casa más antigua de Malalcahuello, y la construyó un matrimonio que llegó a trabajar en tiempos de la explotación maderera, entre 1940-1946, por lo que se puede decir que el plano del pueblo comenzó en esta esquina.
Los dueños originales pasaron toda su vida aquí, donde crearon el primer almacén del pueblo, por lo que podemos decir que siempre tuvo un lado comercial. “Cuando murieron los dueños, su hijo se fue a Curacautìn y vendió la casa, la compramos el 2010”, explica Yasmina. O sea que esta casa, en casi ochenta años, sólo ha tenido dos dueños. Luego de casi 4 varios años de restauración, el 2015 la pareja pudo ocuparla y comenzó a funcionar con las características que tiene actualmente.
Proteger Malalcahuello
“Los últimos tres años, Malalcahuello ha estado viviendo un boom de comercio, de gente que ha llegado a vivir, que, como todo, tiene su lado bueno y malo. Tenemos servicios que no existían, las temporadas se han expandido y tenemos flujos de turistas durante todo el verano y todo el invierno”, señala Yasmina, “ahora, al terminar las cuarentenas, llegó mucha gente, era increíble, y solo turistas chilenos”.
Para esta empresaria, es bueno que llegue gente porque pueden ofrecer su servicio con más seguridad, “pero también tenemos un pensamiento en el sentido de rescatar todo lo local, todo lo nacional, todos los productos que vendemos son hechos en Chile y me gustaría lograr proyectos con la gente del pueblo, para allá van nuestras ideas”.
Yasmina agrega que sienten la responsabilidad de apoyar a Malalcahuello, donde todo el comercio comienza a quedar en el camino y se pierde el espíritu del pueblo, el corazón del lugar.
Crecimiento responsable
“Malalcahuello es el pueblo y queremos recuperar ese sentido. Es pequeño, se han hecho bastantes construcciones, se han restaurado casas, y debemos llevarlo a algo consciente como el reciclaje de la basura, esos conceptos que cuestan un poco”, explica Yasmina, destacando la preocupación que sienten sobre el futuro de Malalcahuello.
“Hay que estar siempre innovando, creciendo y complementándose. Hubo un tiempo en que aquí sólo había cabañas. Pero también tenemos que ir todos hacia un mismo camino, regular y ordenar nuestro crecimiento, para que no se nos vaya de las manos y terminemos como una zona de turismo saturada y contaminada, como es el caso de Pucón”, agrega.
Un lugar único en el mundo
Malalcahuello es un pueblo de montaña, una villa que está a los pies del volcán Lonquimay, cerca de la Reserva Nacional Malalcahuello y del centro de esquí Corralco, es un lugar de atractivos enormes, con abundancia de araucarias milenarias, bosques nativos, aguas cristalinas, a pasos del túnel Las Raíces y del paso fronterizo de Icalma, las termas de Malalcahuello, las de Manzanar y las del Cañón del Blanco, a los pies de la Sierra Nevada.
“Siempre es hermoso conocer Chile y visitar lugares únicos como Malalcahuello, con tantos atractivos turísticos y condiciones que lo hacen muy particular”, invita Yasmina, “Nuestra casa está ubicada en el corazón de Malalcahuello, una casa de madera, antigua, construida por los primeros habitantes de la zona, y la hemos restaurada para ofrecerla a los visitantes, siempre atendida por sus dueños, en un ambiente familiar, donde todos se sienten muy bien. Alojar en nuestra casa es una experiencia muy vivencial”, puntualiza.