En tiempos de pandemia, la cuenta en instagram @valepanadera ha sido el principal canal de difusión de Valeria Nesbet, emprendedora dedicada a la panadería artesanal.

Pangea se inició el 2016, como una panadería artesanal, con moldes de harina con semillas luego con vegetales y colores, hogazas y moldes multigranos.

“Este proyecto nació de la inquietud de un cambio hacia una filosofía de vida más saludable y que en lo personal, me ha significado un importante cambio: comer sano, elegir productos de huerta y campo, disminuir el consumo de pan industrial, lleno de saborizantes y emulgentes, por pan artesanal, hecho con productos de calidad, y con una duración mayor, además de ser hecho con amor, respetando los tiempos de fermentación y cocción adecuados, y que es elaborado según la necesidad de cada persona, explica Valeria Nesbet.

PANGEA pretende hacer pan con productos de ésta zona, más sanos, buscando beneficiar nuestra salud, porque aunque suene cliché, es importante cuidarse, pues como dijo hace mucho tiempo Feuerbach: “somos lo que comemos”.

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Aquí es donde ustedes participan, quiero pedirles un favor, que finalmente es una manifestación de voluntad, un acto revolucionario si se quiere: Cuando quieran alimentarse, prefieran los emprendimientos locales, y cuando se trate de pan, acuérdense de esta humilde emprendedora, que les garantizará productos hechos con productos sanos, cariño y dedicación, si queremos vivir en un entorno saludable, debemos pasar del discurso a la acción.

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Finalmente, quiero aprovechar de agradecer a quienes me han impulsado y animado para atreverme a resignificar mi experiencia personal en una oportunidad para ayudar a otros; gracias también a quienes han aportado desde sus profesiones dedicando parte de su tiempo en explicarme como debe funcionar un negocio, a mis amigas emprendedoras ejemplos de lucha y esfuerzo, a mi familia, que entienden que es importante como mujer crecer, que soy inquieta y que además de realizarme como madre, también quiero realizarme como emprendedora. No será un camino fácil, pero hay que empezar a caminar.

Hoy su fuerte es la masa madre, una de las formas más antiguas de hacer el pan, utilizando sólo trigo y agua, que entran en fermentación. 

“La masa madre es una especie de cultivo sin levadura, donde la fermentación se produce en forma natural sin aditivos”, explica Valeria Nesbet, “La masa madre tiene vida propia y hay que alimentarla un día antes para ocuparla al día siguiente”, agrega.

Según Valeria, la masa madre puede durar cincuenta años, pero hay que dedicarle cuidado y atención. “Se puede deshidratar y después se puede reactivar, por ejemplo cuando uno viaja y va a  estar varios días fuera de la casa”.

“Esta dedicación por la panadería fue una forma de volver a estar consciente de la alimentación saludable después de un embarazo. Nunca más volví a comprar pan”, recuerda, “mi idea fue comer mejor, volver a una alimentación de origen”.

Consultada sobre el alto consumo de pan en que destaca nuestro país, Valeria señala que el pan integral es más calórico que el blanco, pero es más nutritivo. “Mejor calidad del alimento, no tiene tanta grasa ni sal, pero los sabores son diferentes, más intensos”, explica.

¿Y los precios? Van entre el 2.800 y 3.200 pesos la hogaza de pan.

“La panadería es un mundo para aprender, conocer. Existen grupos de Facebook sobre el pan. Por ejemplo, existe el pan mexicano para el día de los muertos. Existen distintos tipo de pan relacionados con la forma cultural de cada país”, indica Valeria..

Talleres 

Frente al amplio abanico de posibilidades y lo atractivo que resulta este tema, cabe preguntarse si existen talleres para aprender estas técnicas de elaboración de pan con masa madre. “Por el momento, la pandemia nos impide hacer talleres, porque deberían ser presenciales. Actualmente hay muchos talleres online, por ejemplo, ayer estuve hablando con alguien de España, pero no es fácil transmitir este proceso. Por ejemplo, se debe aprender que hasta el clima influye la elaboración del pan y de la masa madre”.

“Estoy muy satisfecha sobre la forma en que se ha comportado este negocio, fue algo que me hizo click y cambió mi vida. Es un trabajo que emociona y al mismo tiempo es sustentable económicamente, y un un tema apasionante que siempre estoy investigando y aprendiendo”, explica Valeria.

“Esta iniciativa surgió en plena pandemia, mi primera masa madre la hice a 15 dìas del inicio de la cuarentena, y este tiempo me ha servido para estudiar y profundizar más”, agrega, “además que esta es una forma de hacer lo que te gusta y eso tiene retribuciones, porque hay que compartir lo que sabes”.

Sobre la importancia de su actividad, la emprendedora opina: “Hay que tener seguridad, pasión y gusto por lo que haces y por lo que tienes. Hay que lanzarse, yo sé que no es fácil, pero siempre hay que seguir adelante y pasar por encima de todo”, puntualiza.

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