Cristian García-Huidobro, montañista, primer chileno y sudamericano en llegar a la cima del mundo el Monte Everest, Ingeniero Civil y conferencista motivacional.
En 1992, año en que la expedición chilena logró llegar a la cima del Everest, ya habían subido 600 personas antes que ellos por otras rutas. La mayoría por la ruta normal que no representa un logro deportivo internacional, ya que es una ruta que se ha masificado y que se ha convertido en un gran negocio. “Podríamos haber llegado por la ruta fácil, pero preferimos hacerlo por una ruta difícil, bella, que significara una gran experiencia de vida y de escalada”.
Cristian García-Huidobro cuenta que sólo cuando recibieron el reconocimiento internacional se dieron cuenta de lo que realmente hicieron. Algo curioso, fue que este reconocimiento llegara desde Inglaterra, el país con más tradición de montaña en el mundo. Fue la propia Reina quien distinguió a esta expedición como una de las más destacadas en la historia del Monte Everest en 40 años. En ese momento se dieron cuenta que lo que hicieron fue grande, mucho más grande que lo que habían pensado.
Motivación y felicidad en la Araucanía
Desde hace 20 años que el campamento base de[1] Cristian está en La Araucanía, en donde trabajó en educación, en desarrollo de software y en el sector agrícola. Sin embargo, hoy día ha decidido hacer un cambio, integrar toda la experiencia de montaña y toda su experiencia profesional y aportar con una visión nueva para enfrentar la vida y el trabajo de una manera alegre, efectiva, llena de energía con tal de llegar muy lejos en lo profesional pero también ser felices mientras avanzamos en el camino de ser la mejor persona que podríamos ser.
Para ello ha optado por dar charlas motivacionales que despierten este potencial y nos inspiren de tal manera que dejemos de caminar como lo hacíamos y algún día podamos volar muy alto y sin mayor esfuerzo.
Cristian García-Huidobro abre su experiencia y el mensaje es claro: cuando se quiere, se puede. Y para una región como La Araucanía y sus personas, es un llamado “a creérsela, a valorar la riqueza particular que hay en esta región, a lanzarnos a las mayores aventuras de vida y de paso a encontrar la felicidad en cada momento.
“La Araucanía reúne muchas cosas: reúne la naturaleza, reúne gente, la capacidad de hacer muchas cosas, desafíos por todas partes. Al final, reúne todos los ingredientes que una persona quisiera para aportar algo valioso, para sentirse bien y realizarse plenamente”.
Sacarse la etiqueta.
Una de las preocupaciones de Cristian es “el exitismo que inunda la sociedad actual, enfocada en los logros, en los resultados, en lugar construir el mejor camino que permita generar espacios y condiciones para crecer, dar frutos y compartir esos frutos con los demás”.
“La montaña me enseñó que no es necesario “ser alguien”… sólo es necesario ser tú. Y si eso ocurre vas a ser feliz, es tu esencia lo que vas a desarrollar. Al ser tú, la felicidad está garantizada. Es lo que pasa cuando tienes un hobby… te gusta, te enamoras, te involucras y eres feliz. Ahí aparece la energía”.
“Esta energía se pierde con el miedo, con las preocupaciones, cuando se mal utiliza el momento… energizado es estar enamorado de cada cosa que me pasa… agradecido de la vida y de cada circunstancia. Incluso en la adversidad hay algo que siempre te puede dar alegría”.
“Esa es la esencia de todos nosotros, energía pura e ilimitada, que intenta manifestarse pero que cuesta que aflore, porque permanentemente la estamos negando, bloqueando, impidiendo. En potencia somos Todo lo que quisiéramos ser sin embargo muchas veces dejamos de creer en nosotros, en nuestro poder creador”.
“Las personas que se enamoran de lo que son y de lo que hacen, son personas que florecen, se iluminan e irradian. Se les abren las puertas. Así surge la creación, la perfección, la maestría, la sincronía y mucho más…”.
Los padres, por ejemplo, dice García-Huidobro, tienen mucha responsabilidad en el desarrollo de sus hijos, en cómo los ven y les comunican su valor. Tomar conciencia de esto es de vital importancia, ya que puede cambiar completamente su futuro. Descubrir desde la infancia que tenemos talentos ilimitados. “Si los miramos como como personas valiosas, cuando les decimos te quiero mucho, les estamos diciendo que los valoramos, que son valiosos más allá de lo que hagan o lo que logren en la vida, que son seres preciosos y dignos de ser amados pase lo que pase, simplemente por el hecho de existir”.