Conversamos con Verónica Sandoval Matus, profesora de inglés, ingresó a trabajar el año 1999 y desde el año 2007 es la Directora del Colegio Scole Creare, y con Jorge Navarrete Báez, uno de sus sostenedores y representante legal de la Corporación, sobre estos 25 años del establecimiento educacional fundado en Temuco en 1999.

En sus inicios el colegio estaba en una casa particular que pertenecía a las empresas Fourcade, y don René Fourcade les arrendó unas bodegas y el espacio que tenía desocupado. Y así partió el colegio con un Kinder, que era una casita chica, y con cursos de primero a octavo.

“En la mañana venían los cursos de quinto a octavo y en la tarde de primero a cuarto básico y había un curso por nivel. Luego se empezó a formar la enseñanza media y con el paso del tiempo se aumentó a dos cursos por nivel, lo que se mantiene en la actualidad con sus casi 900 alumnos”.

Asimismo, la directora califica como un gran logro que el colegio sea calificado como uno de los mejores de Temuco de nuestro tipo, no tenemos cupos y una larga lista de espera.

Alumnos Creare

Los estudiantes del colegio son alegres, conversadores y se comportan bien. Una característica especial es que son muy críticos, pero sin dejar de ser empáticos y solidarios con las personas que les rodean.

“En el colegio siempre se han realizado acciones solidarias en que participan estudiantes y sus familiares: ayuda para escuelas rurales, para personas en situación de calle y para iglesias que canalizan ayuda social”, explica la directora, “esas son actividades que desarrollan la empatía, la tolerancia, y que se conviertan en mejores personas, eso es lo primero, aparte de tener buenas notas, que sean mejores personas.” De hecho, en cuarto medio, el premio más importante en la licenciatura es el Semper Optimum, “siempre lo mejor”, y ese es el perfil de estudiante que queremos formar, buena persona, con valores, con buen rendimiento, y preparado para hacer frente a los desafíos de la vida.

Hacer educación

Jorge Navarrete Báez, uno de los sostenedores del Colegio Scole Creare, recuerda que fue uno de sus profesores, Daniel Rodríguez, quien les estimuló a crear este colegio y a raíz de las nuevas leyes de esos años donde se pretendía ampliar la cobertura educacional, que daban las posibilidades a que personas con ciertas características formaran colegios de acuerdo a las normas permitidas.  “Ustedes están en educación, son profesores, ¿por qué no se incorporan ustedes en esta tarea de hacer educación? Porque esto va a ser como un árbol que va a crecer”, les dijo.

Jorge Navarrete menciona, “Hice clases en distintos lugares, como profesor de la Fundación del Magisterio, conocí realidades bien complejas, una precariedad enorme, había escuelas sin calefacción, inventábamos concursos, rifas, de todo para reunir recursos para conseguir lo mínimo para mantener una escuela”, siendo director de una escuela.

Y en ese tiempo surgió la idea de crear un colegio. “Con mis colegas pensamos: ¿qué hemos hecho en la educación? Al principio uno tiene muchas ganas de cambiar las cosas, pero el sistema no te deja cambiar. El sistema es complejo, es difícil, te encuentras con mucha burucracia”, explica.

Entonces pasó el tiempo, y junto a Juan Enrique Floody, Ricardo Díaz y Hamilton Lagos, empezamos a darle forma a la idea. “Sería espectacular que pudiéramos hacer un colegio de acuerdo con lo que nosotros creíamos, y junto a otros amigos armamos esa sociedad, y nos iniciamos, pero al principio, aparte de la idea, no teníamos nada”, recuerda Navarrete.

Y en ese momento aparece René Fourcade, quien siempre había tenido la inquietud de realizar un aporte a la educación, y como no tenían recursos más que los personales, él les arrendó el espacio, y luego, gracias a otros apoyos y facilidades el colegio pudo seguir creciendo.

“Uno de los aspectos básicos de nuestro proyecto era la cantidad de alumnos por curso y nos pusimos como meta un máximo de 30 alumnos por curso, lo que significó que para poder financiarlo debimos recurrir al financiamiento compartido, con un aporte de los apoderados, pero con una enseñanza personalizada, lo que marcó la diferencia desde el inicio”, explica.

El otro aspecto destacable de los orígenes fue encontrar a los profesores adecuados, para tener la calidad que perseguía este proyecto educacional. “Se trató de encontrar a las personas adecuadas para que dieran vida a este propósito, que creyeran, soñaran y pensaran igual que nosotros en el sentido que tendría este proyecto”, agrega Navarrete.

La preocupación hacia el futuro consiste en ver cómo seguir siendo un aporte significativo para la sociedad, para los padres, apoderados y los estudiantes.

“La sociedad actual trae muchos desafíos, las tendencias mundiales, la inteligencia artificial. Nosotros somos parte de la sociedad y lo que debemos hacer es incorporar las nuevas herramientas en la formación de los estudiantes, una formación lo más amplia posible, en todos sus aspectos, pero también una formación donde el estudiante lo pase bien, que disfrute y sea feliz”, puntualiza Jorge Navarrete.

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