Diseñadora de arquitectura interior y equipamiento, ha desarrollado originales obras artísticas para decorar espacios que vinculan el cuerpo y el espacio, además de transmitir sus conocimientos a través de talleres y clases particulares.
“Me especializo en arte abstracto con técnicas mixtas, que unifican materiales, incrustaciones, arcilla… como soy autodidacta, trato de reflejar en mis pinturas los distintos conocimientos que he adquirido con el tiempo”, explica Giselle Elgueta desde Viña del Mar.
La artista explica que el diseño arquitectónico, donde se insertan sus obras, relaciona el cuerpo con el espacio, “es decir, mi cuerpo, en relación con todo lo que es mobiliario, equipamiento e iluminación”, explica.
Sus obras llegan principalmente a personas, creando un espacio para ellos. “He tenido encargos de cuadros con ciertos tonos de colores y ciertas medidas, mientras que otros los hago yo y las personas se los llevan para un espacio que quieren decorar”, señala.
Hace unos meses, expuso sus obras en el Mall de Reñaca: “ahí me di cuenta que la exposición, como intervención urbana, es compleja. Yo siento que lo mío va más por encargo: la persona que quiere una obra para la pieza de su hija, con cierto tipo de enmarcado, etc. Me gusta que mis obras hagan que las personas se sientan gratas en un espacio, es algo que tiene que gustarles, porque lo verán constantemente”.
El desarrollo de la obra comienza en una reunión con la persona, luego viene la conversación, la elaboración de algunos croquis y se revisan paletas de colores. “Hay personas que gustan de ciertos tonos y otros no, hasta que llegamos a consensuar lo que quiere”, explica.
La era de Instagram
La artista destaca la influencia que han tenido las nuevas tecnologías en la difusión de sus obras, especialmente redes sociales como Instagram, donde mantiene la cuenta “pintura_on_fire”, que en poco más de un año ya cuenta con más de cinco mil seguidores.
“Instagram permite conocer obras de muchas personas que plasman sus sentimientos y pueden llegar a un gran público. Se comparten técnicas, se conversa con personas de otros países, no existen límites. A través de Instagram, todos tienen la posibilidad de contar con una galería, en que no existen fronteras y podemos interactuar personas de todo el mundo”, añade.
Talleres y clases
“Si no tuviera esta habilidad para hacer cosas con las manos, creo que este tiempo de pandemia habría sido terrible para mí. Tengo un taller grande donde puedo pintar, crear, es mi espacio de terapia constante de todos los días, donde a uno se le olvida lo que ocurre en el exterior”, explica la artista, “justamente fue una amiga psicóloga que me recomendó a acercarme al arte, y tomé una gran cantidad de talleres, pero es al momento de crear cuando todo se unifica”, rememora la artista, que pintó su primer cuadro en 2009.
En tiempos normales Giselle imparte clases grupales en su taller y realiza clases particulares. “Al impartir un taller se enseñan técnicas especificas: decapar o modelado, por ejemplo, tratando de que todos los alumnos se sientan satisfechos con lo que estoy entregando, en un trayecto que dura unas cuatro horas”, explica.
El bastidor en blanco
“En Santiago tuve un profesor del Bellas Artes, que fue muy generoso conmigo, y me enseñó muchos tips que ahora transmito a mis alumnas. No necesito que la alumna esté un año para aprender diversas técnicas”, indica, “depende de cómo vaya avanzando, de a dónde quiere llegar. Nunca se dice que no, la persona se debe dar cuenta de cómo funciona frente a un bastidor en blanco, más o menos abstracto, más o menos figurativo”.
Sobre el precio del arte, Giselle señala que hoy existen alternativas para todos: “Hay arte que realmente es muy caro, pero también hay arte más accesible. Es una situación completamente transversal. Algo que para alguien vale una fortuna, puede que para mi no, y me conformo con algo que es mucho más económico, y quedo completamente feliz con mi compra”.
Consultada sobre el potencial artístico de las personas, la artista es enfática: “Todas las personas pueden desarrollar habilidades artísticas. Hay personas que dicen no puedo, pero hay que probar técnicas como la arcilla, distintos tipos de materiales, y casi sin darse cuenta están pintando o haciendo una escultura. Todos tienen habilidades, aunque hoy no sepan que las tienen. Por eso es recomendable que se acerquen a los talleres y descubran su potencial artístico”.
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