Santiaguino nacido en Valparaiso y estudió en la Universidad Austral de Chile en Valdivia. Hoy posee su propia clínica veterinaria en Winchester, Virginia, “Meadow Branch Animal Hospital”.

Luego de terminar sus estudios en la Austral se fue a Santiago, a trabajar a la clínica Veterinaria Las Condes; durante ese tiempo tubo la posibilidad de asistir a congresos, donde sus exponentes eran en su mayoría veterinarios de Estados Unidos.

“Todos ellos eran profesores en universidades prestigiosas de Estados Unidos y me di cuenta de la tremenda diferencia entre las realidades de nuestra profesión en Chile y lo que se vivía en las ciudades norteamericanas”, recuerda, “así es que en 1995 fuimos de vacaciones a EEUU y tuve la oportunidad de conocer el hospital veterinario de la Universidad de Tennessee, y conocí la diferencia entre un hospital veterinario de la universidad en USA y la realidad chilena”.

Allí observó que existían pabellones de cirugía diferenciados para tejidos blandos, para oftalmología, para ortopedia, salas especiales, en definitiva, una tremenda gama de posibilidades para educarse.

 
“Y resulta que… Claro, me entusiasmó un montón la idea de poder trabajar en Estados Unidos a ese nivel, o intentarlo por lo menos. Al año siguiente hubo un congreso en Orlando, uno de los congresos más grandes que hay, con gente de todo el mundo, de Europa, Latinoamérica y Norteamérica, con unas 30 mil personas”, lo que reforzó mi deseo de emigrar a EE.UU.
 

Llegada a Estados Unidos

Finalmente, en septiembre de 1997 Marcelo Melivilu emigró a Estados Unidos, al Estado de Virginia, donde vive actualmente: Winchester y el Condado Frederick, que en la actualidad tienen 123.000 habitantes, a una hora 24 minutos de Washington DC, la capital de Estados Unidos.

“Básicamente, llegué a trabajar… bueno, tuve un mes libre. Yo no hablaba inglés cuando llegué. Y que hizo la cosa un poco más complicada, porque tenías que comunicarte. Fue un proceso complicado, porque en realidad tú no puedes trabajar como veterinario cuando llegas, tienes que revalidar el título, mientras tanto sólo puedes trabajar como ayudante”, explica.


Entonces, además de aprender el idioma, Marcelo tenía que trabajar junto a su esposa para mantener a sus dos hijos, al mismo tiempo ambos tenían que estudiar para validar el título que les permitiera ejercer la profesión en el país del norte.

“Finalmente, ella pasó la prueba y un mes despues la pasé yo, y ahí nos pusimos a trabajar como veterinarios. La revalidación demoró casi tres años”, explica Marcelo, “normalmente el proceso es muy largo, debido al numero de prueba que se tienen que aprobar y las las pocas alternativas ofrecidas cada año”.

Tierra de oportunidades

“Tuve la fortuna de no experimentar la discriminación, porque mi profesión es bien considerada en la sociedad norteamericana”. En cuanto a la expresión, “tierra de oportunidades”, Melivilu explica que esto a ido cambiando con el tiempo, existen oportunidades de trabajo, pero el costo de vida se ha incrementado: “En la actualidad, para cualquiera es difícil comprar una casa, pero para la gente joven es casi imposible. La mayoría de los jóvenes viven compartiendo una casa con otros jóvenes (“roommates”), especialmente, en ciudades grandes como Nueva York, Washington o Los Ángeles, en algunos casos solo lugares tipo estudio”.

“El sueño americano existe, sí, pero hoy es diferente. Pero no es llegar y sentarse aquí y esperar que el dinero va a llegar por si solo, hay que trabajar mucho”, agrega.

https://www.instagram.com/meadowbranchanimal?igsh=MXRkZ2plM2tubXpkMg==

Comparte esta publicación en tus redes