Orietta Appelt Martin:
¡Bienvenidos al sabor!… es el lema que por 40 años ha definido la relación de Panadería Licán Ray con los vecinos de la ciudad.
Se tituló como profesora en la Universidad Católica, sede Victoria, y por unos 20 años hizo clases en la localidad de Cajón, hasta que decidió sumarse al emprendimiento de panadería que impulsaba su ex – esposo.
“Mientras aún era profesora ya trabajaba en la panadería por las tardes, ayudando, y cuando vi que ganaba más con la panadería que como profesora, decidí dejar las clases y dedicarme a tiempo completo a la panadería Licán Ray”, recuerda Orietta Appelt Martin, conocida como “Mariotti” por sus amigos y trabajadores.
El nombre se debe al balneario de Licán Ray, donde establecieron la primera panadería, frente a la alta demanda que se producía cada verano con la llegada de los turistas. “Después de la 6 de la tarde se producían tremendas colas y las panaderías no daban abasto, así es que nos instalamos y trabajábamos todo el verano, desde diciembre hasta marzo”, recuerda.
En Temuco
Luego llegaron a Temuco, con su primer establecimiento en calle Aldunate, después siguieron en calle Rodríguez, en el Mercado Municipal y uno de sus locales más conocidos, el de la esquina de Varas con Aldunate, hasta el de Vicuña Mackenna que cerró el año pasado. Hoy sólo permanece la panadería ubicada en Varas 940 y un local de venta en España 334, pero la marca ya es parte del patrimonio de Temuco y sus clientes son fieles a la calidad de sus productos.
¿Y por qué cuarenta años en este rubro? “Porque me gusta, es un rubro bonito, entretenido, sin tanto horario como las clases, y con los años lo aprendí bien. Acá el asunto es bien claro, si el producto es bueno, la gente vuelve, y si el producto es malo, no vuelven más. Por lo menos en Panaderías Licán Ray, siempre hay colas de gente comprando y se siguen pasando el dato unos a otros, ni siquiera necesitamos contratar publicidad”, señala Orietta.
Gran familia
En este sentido, la empresaria destaca también el apoyo de que tiene de sus trabajadores y trabajadoras. “A esta altura ya somos como una gran familia, con la Verónica, la Anita, la mayoría vienen desde los orígenes del negocio y todos saben lo que tienen que hacer. Una vez estuve un mes sin ir a la panadería y no se notó ninguna diferencia”, agrega.
La empresaria llama la atención sobre cómo ha ido evolucionando el centro de Temuco en los últimos años. “Los chinos nos invadieron y es algo terrible. Se extraña el comercio más tradicional, las farmacias, las camiserías, las zapaterías,
El futuro
Hoy la Panadería Lican Ray se encuentra en un buen momento y sigue manteniéndose. “Está bien así como está. En Vicuña Mackenna todos me decían, “pero, por qué la dejó si le iba tan bien”. Bueno, yo también tengo derecho a descansar, a poder salir, a estar con mis nietos, disfrutar de la vida… por eso el negocio debe mantenerse en cierto nivel, para no dedicarse sólo a trabajar”, afirma.
“Los primeros años requirieron de grandes sacrificios, muchas veces pasábamos días sin dormir, pero ahora, casi 40 años después, cuento con un excelente equipo de trabajo, de total confianza, con clientes fieles, puedo andar a mi ritmo y disfrutar del fruto de mi trabajo”, puntualiza.