Lorena Cárcamo Navarrete, Arquitecta:

Fundadora de LOVIVO, empresa dedicada a la arquitectura y el diseño, la profesional destaca el atractivo que significa el sur de Chile como un lugar para vivir con una mejor calidad de vida.

Ha diseñado casas que se han construido entre Curicó y Puerto Montt, con un promedio de 185 m2, aunque varias de ellas se acercan a los 300 m2, y para los interesados, ejemplos de estas pueden ser visualizadas y cotizadas en su página web www.lovivo.cl

“El nombre de la empresa “LOVIVO”, se inspira en la vida, en la naturaleza, tan presente aquí en el sur de Chile”; explica Lorena Cárcamo Navarrete, desde su oficina ubicada en el balneario de Pelluco, en las afueras de Puerto Montt, agregando que iniciaron sus actividades en 2019, justo antes de la pandemia”.

“Al contrario de lo que ocurrió en otros rubros, el nuestro se disparó y muchas familias comenzaron a proyectar viviendas nuevas acá en el sur de Chile, con más espacio, rodeados de tranquilidad, a lo que se sumó el trabajo a distancia, sin concurrir a la oficina, por lo que se puede vivir donde uno quiera”, explica la profesional.

Diseños

“Generalmente son los propios clientes quienes nos proponen diseños, según sus necesidades y gustos, algunos incluso llegan con bocetos electrónicos, asimismo, existen clientes que ya tienen contratada una constructora, aunque nosotros también les podemos asesorar o proponer una constructora e incluso profesionales para la decoración y diseño de interiores, tenemos la capacidad de ofrecer un servicio integral, incluyendo la gestión administrativa de los proyectos”, explica Lorena Cárcamo.

¿Qué involucra una casa de 185m2?

La profesional señala que una vivienda de estas dimensiones habitualmente incluye living, comedor, cocina, una suite con baño incluido, 2 dormitorios amplios y dos o tres baños, además de comodidades tales como una oficina para teletrabajo, lavandería y estacionamiento techado, “lo que sumado al paisaje del sur, de bosques, volcanes, lago, mar y montañas, significa una tremenda mejora en la calidad de vida para personas que vienen de metrópolis como Santiago o Concepción”, explica.

“Hace unos días conversaba con una clienta que es psicóloga, estamos diseñando su casa y está feliz porque dentro de la misma vivienda tendrá un taller para trabajar con sus pacientes, lo que para ella es invaluable”, agrega.

En tanto, los nombres de los modelos de las casas son una propuesta del cliente, dando así un sentido de pertenencia al proyecto, involucrándolo desde el momento de diseño, que vivan su proyecto.

“Por ejemplo, el modelo Tucuquere hace referencia a un ave propia de los bosques, o el modelo Bigbang, que se relaciona con la forma en que se desarrolló el diseño, con ideas que iban surgiendo explosivamente mientras trabajábamos en ella”, señala la profesional.

En este sentido, destaca la excelente relación que se forja con los clientes: “Habitualmente, creamos un grupo de whatsapp donde vamos compartiendo ideas y avances de los proyectos. Debemos recordar que una casa no sólo es un bien material, es un hogar donde una familia desarrollará su vida, se crearán recuerdos, grandes momentos, nacerán hijos, algo que en el marco de la pandemia hemos aprendido a valorar, estar en la casa compartiendo con nuestras familias”.

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