Dr. José Marco Cuminao Cea, Presidente del Colegio Médico en La Araucanía:
El profesional realiza un llamado a utilizar las vacunas para prevenir complicaciones graves producto del COVID19. “Las vacunas son seguras y han superado todas las exigencias para aplicarse en Chile”, asegura.
Es un hecho que durante la pandemia del COVID19 el Colegio Médico de Chile ha tomado una especial relevancia, aportando información técnica y científica, haciendo frecuentes recomendaciones al Gobierno y a la población en general.
Sobre este tema conversamos con el doctor José Marco Cuminao Cea, Presidente del Colegio Médico en la Región de La Araucanía.
Cirujano Pediátrico que se desempeña en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, en la Clínica Alemana y como docente en la Universidad de La Frontera (UFRO), el doctor José Marco Cuminao Cea fue electo en diciembre 2020 como Presidente del Colegio Médico en La Araucanía, gremio que agrupa a más de 1.300 médicos de esta región.
“El Colegio Médico se ha transformado en una institución de relevancia a nivel nacional, siendo una de las instituciones mejor evaluadas por la comunidad durante la pandemia, nos hemos convertido sin querer en uno de los referentes para este tema y además en una especie de interlocutores entre la autoridad y la población en general”, explica Cuminao.
Sobre su opción por la medicina, recuerda: “Yo no soy de esas personas que siempre quisieron ser médicos o que provienen de familias con esta tradición. Yo era bueno en biología y siempre he tenido vocación de servicio, por lo cual ingresé a la carrera de pedagogía en biología, donde estuve un año y un semestre, periodo que recuerdo con mucho cariño, en el cual comprendí que lo mío iba mas allá de las aulas, recuerda, agregando que de todas maneras sigue vinculado a la docencia a través de las actividades que realiza en la Facultad de Medicina de la UFRO. Creo que asumir este cargo en el Colegio Médico también va por la línea del servicio público, de ser útil a los demás, especialmente con lo que está pasando ahora”, agrega.
¿Cómo se maneja la responsabilidad de trabajar diariamente con la salud, la vida de las personas?
“Es una tremenda responsabilidad, trabajamos para mejorar la salud de las personas, y es una responsabilidad permanente, de todos los días, muchas veces debemos sobreponernos a nuestros propios miedos y limitaciones, para lograr nuestro cometido. Al mejorar la salud de los pacientes, en mi caso trabajando con niños, se obtienen grandes satisfacciones. Consideramos la salud no solo como algo “médico”, sino como un concepto amplio con implicancias psicológicas y sociales, se trata de transformar situaciones negativas, en situaciones que evolucionen con el mínimo daño posible para los individuos”.
¿Y en el caso de los niños?
“Los niños son muy nobles y transparentes, nos duele verlos enfermar y sufrir, nuestra mirada está enfocada en dar una mano, ayudar, mitigar y colaborar en su recuperación. En ocasiones se hace difícil, pero es una tremenda satisfacción verlos felices cuando se van de alta. Los niños también pueden enfermar gravemente, sufrir accidentes, presentar cuadros complejos incluso en periodos muy tempranos de la vida, frente a lo cual la medicina no siempre tiene todas las respuestas y a veces debemos aceptar nuestros límites. Las buenas experiencias, que en mí especialidad afortunadamente son la mayoría, compensan los momentos tristes que a veces nos toca vivir”.
¿Y además de esta responsabilidad ahora se suma su labor frente al gremio?
“Lo hago porque a estas alturas de mi vida he logrado una especie de equilibrio entre el trabajo y la vida personal, por lo que he decidido dejar tiempo extra para una buena causa, para abordar con convicción esta labor al servicio de mi gremio y la comunidad, en un desafío que vale la pena, y en un contexto en que como profesionales tenemos mucho que decir y esperamos estar a la altura de las circunstancias”.
¿Qué sintió en lo personal cuando la pandemia llegó a Chile?
“Primero lo vimos de lejos, un virus y una rara enfermedad pulmonar, que apareció en China, luego vimos cómo se trasladó a Europa. Recuerdo perfectamente cuando nos llegaron los reportes de Italia y España, haber cambiado bruscamente la mirada y haberle dicho a mi familia y mi entorno: señores, esto es peor de lo que pensábamos y se viene en serio. Inicialmente los chinos trataron de resolver la crisis de manera interna, tratando de bajarle el perfil, pero finalmente la comunidad científica se encargó de distribuir la información de manera clara, transparente y colaborativa, sin lo cual la situación podría haber sido mucho peor a lo que hoy nos enfrentamos En lo personal, si hace un año alguien me hubiera dicho que hoy estaríamos viviendo esto, en estas condiciones, no le hubiese creído”.
¿Y la experiencia de vivir esta pandemia como médico?
“Este es un virus que tiene una alta contagiosidad, que determina un porcentaje importante de pacientes que desarrollarán enfermedad grave con hospitalización y por cierto con riesgo de muerte. De ahí que el problema central es la simultaneidad de los casos graves, con el consiguiente colapso de las redes hospitalarias, fenomeno que se ha repetido en todo el mundo y en todas las regiones de nuestro país. Es una realidad difícil de manejar, por algo tenemos casi 20 mil muertes en Chile por esta causa. Por otro lado, existe el grave problema que la conversión de recursos hospitalarios (camas, unidades críticas, pabellones quirúrgicos, equipos y personal) para atender pacientes COVID, está provocando serias dificultades en la atención de pacientes con otros problemas de salud, algunos de estos de alta complejidad, con consecuencias insospechadas. En la misma línea, la sobrecarga sobre los grupos humanos a cargo ha sido permanente y demoledora, física y emocionalmente.
¿Y cómo califica la conducta de los temuquenses, que muchas veces han sido criticados por su irresponsabilidad?
“Haciendo un análisis regional, la culpa no es solo de las personas, aquí hay responsabilidades compartidas entre todos los actores involucrados, autoridades, comités de expertos, equipos de salud y comunidad. PRIMERO, no hemos sido capaces de entregar una adecuada comunicación de riesgos a la población, por ejemplo, los jóvenes no son inmunes, también pueden enfermar y por cierto son los que contagian a sus respectivos círculos; existen mensajes confusos como la apertura de centros comerciales versus el cierre de parques, permisos de vacaciones en regiones con redes colapsadas, etcétera. SEGUNDO, el rol no protagónico de la Atención Primaria de Salud (APS) en la primera parte de la crisis, situación que recién cambia, iniciado el proceso de vacunación. La APS está cerca de la comunidad y maneja el tema educativo y de prevención como nadie. TERCERO, considerar las características geográficas, culturales y socioeconómicas de la región, incluido el tema de la contaminación medioambiental. La relación de estos factores con la tasa de contagios, movilidad y la dificultad de mantener medidas de restriccion. CUARTO, por último, los efectivamente irresponsables y negacionistas que creemos son los menos, pero hacen mucho ruido.
¿Y qué ocurre con las vacunas, hay algunas mejores que otras?
“Las vacunas son seguras, hay varias marcas, con distintos mecanismos de acción y diferencias de tipo logísticas, pero las que tendremos a disposición (en distintos tiempos) han superado todas las etapas y requisitos para utilizarse en Chile, comités de especialistas independientes como el CAVEI y también las exigencias del ISP han dado su visto bueno. Actualmente se ha iniciado la vacunación en Chile con Sinovac que tiene un perfil de respuesta inmunológica y de complicaciones muy similar a nuestras conocidas vacunas contra la influenza. Esta vacuna es muy eficiente en prevenir la enfermedad grave y la mortalidad por COVID, lo que nos permitirá descongestionar los hospitales y atender a los pacientes No-COVID que mencionábamos anteriormente. Pero como la vacuna no evita los contagios, deberemos seguir usando mascarilla, lavado de manos, distanciamiento físico y todas las medidas que conocemos, para ir de a poco recuperando nuestros espacios ”.
¿Qué aprendizaje cree que nos quedará de esta pandemia?
“Esta no es la primera pandemia que pasa por Chile y nuestro aprendizaje como sociedad ha sido regular, lo mismo que ocurre en el ámbito político, hay hechos negativos que ocurren en la historia a pesar de lo cual siempre hay riesgo que vuelvan a repetirse. Debemos aprender y no olvidar lo que ocurrió. Por ejemplo, el H1N1, era un virus menos contagioso, respondía a un tratamiento antiviral, bastó sólo regular el ingreso al país, sin cuarentena y sólo tuvimos 150 muertes en Chile. El cólera nos obligó a mejorar nuestras condiciones sanitarias, a lavar nuestras manos y los alimentos; el SIDA nos produjo un cambio de conducta en el ámbito de la sexualidad, pero hemos tenido altos y bajos en los indicadores, es decir, nuestro aprendizaje ha sido parcial. Nunca nos imaginamos la situación en la que nos encontramos producto del COVID19, es increíble todo lo que ha ocurrido, esperamos se produzca el aprendizaje y a futuro podamos evitar y preveer los problemas asociados a la distribución mundial de una enfermedad como esta”.
¿Y hasta cuándo cree que seguiremos con mascarillas, con distanciamiento y todas estas medidas?
“Según los epidemiólogos y expertos, un punto relevante será cuando lleguemos a un 70 u 80% de la población vacunada, aún tenemos que observar cómo se comportará la inmunidad ante la enfermedad. Está por verse cuánto tiempo de inmunidad nos entregará la vacuna. Yo creo que seguiremos más o menos en estas mismas condiciones durante gran parte de 2021. Es imposible aventurar una fecha exacta, pero si vamos bien, creo que de a poco vamos a ir recuperando nuestros espacios. Y a medida que vaya pasando la pandemia es muy importante que nos quede un aprendizaje, una cultura del cuidado personal, y de cuidarnos para cuidar a los otros, eso es trascendental”.